miércoles, 1 de octubre de 2008

Montaña rusa

Hoy te busqué en la rima que duerme con todas las palabras, si algo callé, es porque entendí todo, menos la distancia....

Ya estás aquí y el paso que dimos es causa y es efecto, cruza el amor, yo cruzaré los dedos.... y gracias por venir, gracias por venir....

Adorable puente, se ha creado entre los dos...

Como me gusta esta canción de Gustavo Cerati, me gusta porque, a mi punto de vista, es el estado de embriagues que te produce el enamoramiento. Ese estado que yo creo que la gran mayoría quisieramos conservar cuando tenemos una relación. Sin embargo, algo que se aprende a través del tiempo, es que nada es eterno, que todo tiene un inicio, ya sea muy tranquilo o intenso, un climax donde el puente parece indestructible y un final que creías que jamás llegaría (sensación similar a cuando uno se sube a la montaña rusa).

Algunas veces estos finales son tan devastadores que desearía sacarlos de tu memoria, desearías ser una computadora que tuviera una papepela de reciclaje a la cual pudieras mandar y eliminar a placer, tal como eliminarías información irrelevante de tu cabeza. Lamentablemente eso no es posible y creo que debe ser "un fenómeno evolutivo" (así se dice cuando no tienes ni la más pinche vaga idea de lo que pasa, tal como lo haría un biólogo molecular al decir que un receptor sufre un cambio conformacional) que tiene la finalidad de marcarte toda la vida para que no cometas los mismos errores dos veces (creo que eso nunca pasa).

¿En qué punto de la montaña se encuentran ahora? Yo estoy en.....

Siempre es un placer escribirles....

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