No cabe duda que hacer experimentos conductuales en el laboratorio tiene sus beneficios ¿La razón? Pues como son experimentos que se ven afectados por el ruido y el olor, uno no tiene que chutarse las pinchemil horas de música continua de Don Arturo (el técnico del laboratorio), quien tiene un amplio repertorio que puede ir de los pinchemil éxitos de Paulina Rubio, Fey, La Sonora Santanera, Pimpinela, etc...., y aclaro que son los pinchemil éxitos porque regularmente pone discos MP3 que contienen más de 100 canciones del mismo wey, así que ya sabrán como termina uno a las 3 de la tarde que es su hora de salida. Tampoco tiene uno que chutarse las clásicas pláticas que tienen las mujeres en voz alta, casi gritandolo a los cuatro vientos (al menos por las mañanas), acerca de hacer dietas super estrictas y horas de ejercício para mantenerse en forma. Sin embargo, creo que esas pláticas no le sirven de mucho a cierta personita que hay en el laboratorio, porque a pesar de que se la pasa criticando lo que comemos los demás y trata de hacerse notar hablando de dietas estrictas y acerca de que hace un chingo de ejercício, no le sirve de nada porque las dietas las rompe cada tercer día dandose unos atracones y eso la mantiene en un estado permanente de sobrepeso, jajaja.
Mencionaba que otra de las ventajas es que las pruebas conductuales son dependientes de los olores, así que uno no tiene que chutarse tampoco el orgásmico olor de perfumes con hormonas, ni la limpieza que algunas veces dan los de intendencia con aromatizantes, los cuales hacen que a uno le den ganas de vomitar, y si alguien llegara a ponerse de esos perfumes, tiene que mantenerse a distancia de los experimentos.
Hoy quiero dedicar este post a mi salvadora, una estudiante de verano que está haciendo experimentos conductuales y que salvó el día de escuchar por muchas horas canciones de Rocío Dúrcal y Juan Gabriel. Muchas gracias niña, no te mereces menos que eso...
Siempre es un placer escribirles....
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